El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado el Plan Reside, una medida que busca reorganizar la oferta de viviendas turísticas. Este plan prohíbe los pisos turísticos dispersos en comunidades de vecinos del centro de la ciudad, obligando a concentrarlos en bloques exclusivamente destinados a este uso. Sin embargo, los pisos turísticos actuales con licencia podrán continuar operando. La medida ha generado controversia, con críticas que apuntan a que podría facilitar la conversión de edificios en "hoteles ilegales" y expulsar a residentes de barrios históricos.
Paralelamente, el Ministerio de Consumo ha ordenado a Airbnb el bloqueo de más de 65.000 anuncios de viviendas turísticas consideradas ilegales. Estas viviendas no tienen número de licencia ni indican si los arrendadores son persona física o jurídica. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha respaldado esta iniciativa, instando a la plataforma a retirar 5.800 anuncios de manera inmediata.
En medio del ruido, es importante subrayar que esta reordenación del alquiler turístico en Madrid no afecta a quienes compran con otros objetivos. Las nuevas restricciones se centran en limitar los alquileres turísticos de corta duración sin licencia, no el alquiler tradicional, ni mucho menos la compraventa patrimonial o residencial.
De hecho, esta normativa apunta a proteger el tejido vecinal y mejorar la convivencia urbana, algo que favorece a los compradores que buscan invertir en propiedades bien ubicadas y sostenibles en el tiempo. La vivienda en Madrid continúa siendo un valor estable, y entender el marco regulatorio actual es simplemente parte de una inversión bien informada.